LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL ACCIDENTE DEL METRO DISTA MUCHO DE LO DESEADO Y SE ACERCA BASTANTE A LO ESPERADO

LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL ACCIDENTE DEL METRO DISTA MUCHO DE LO DESEADO Y SE ACERCA BASTANTE A LO ESPERADO

La dirección de FGV no hace más que remitirnos listados de posibles testigos a requerimiento judicial pero fundamentalmente solo propone trabajadores y poco personal directivo, es más hasta ahora solo un directivo, el jefe de talleres de Valencia Sud, ha declarado y éste lo hizo a resultas de nuestra insistencia. 
Pero las cortinas de humo no acaban ahí, después de años de que FGV planteara un único organigrama laboral, farragoso y complejo, nos desveló un testigo que existe “otro” organigrama en el cual se encuentra la sección correspondiente al mantenimiento y programación de las radiobalizas. Sorprende este “descuido” cuando el principal caballo de batalla ha sido la cuestión relativa al funcionamiento y buen uso de la radiobaliza 1680 y su eficacia para evitar el siniestro. 
Otra de las cuestiones que ha quedado desvelada es que no es cierto que el volcado de la información obrante en la caja negra Teloc se borrase irremediablemente cuando se efectúa la extracción de datos o que solo se leyese en otra UTA o en un ordenador de FGV, como siempre había sostenido la dirección de ferrocarriles. El borrado es una opción informática y solo si se acepta esta función se produce el borrado, circunstancia que siempre hemos mantenido. Desde este nuevo prisma resulta más grave aún que el volcado se hiciera esa misma noche a la 4:50 sin presencia judicial, en la dirección de FGV y a presencia de un policía de la escala básica que no quiso firmar el acta por su desconocimiento en esta materia y el que, honestamente, se preguntaba durante su declaración porqué le habían encargado a él supervisar una diligencia que a todas luces le superaba. 

También llama la atención que los trabajadores, algunos de ellos, con más de veinte años de experiencia no sepan si quiera si existía un departamento de análisis y auditoría de la seguridad de las líneas y que jamás recibieron ninguna solicitud de ningún departamento o dirección de FGV demandado información sobre estos aspectos.

En todo caso es evidente que la actuación de FGV está muy alejada de los parámetros de imparcialidad y transparencia que exige la Unión Europea a España en la cuestión relativa al transporte de viajeros y mercancías por ferrocarril que, entre otras cosas, impone una investigación por expertos distinta de la judicial e independiente de la entidad ferroviaria para efectuar una valoración sobre la seguridad de la vía y los medios empleados para proteger a los usuarios.

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